domingo, 22 de noviembre de 2015

¿Cómo saber si mi perro está enfermo?

De la misma manera que sus dueños, los perros pueden enfermarse de cualquier cosa, desde un simple virus hasta una condición más peligrosa con complicaciones graves. Como tu mascota no puede decirte cuando algo no anda bien, debes mantenerte alerta para reconocer ciertos síntomas. Siempre debes consultar con el veterinario si sospechas que tu perro está enfermo.

Evaluar el aspecto de tu perro

Paso 1: Observa si babea mucho o tiene mal aliento. El babeo excesivo o el mal aliento pueden ser signos de que el perro necesita la extracción de algunos dientes. Con el fin de evitar muchos problemas dentales, trata de entrenar a tu perro para que te deje cepillarle sus dientes. 
Busca los siguientes síntomas que podrían indicar un problema dental:
  • Tu perro come menos.
  • Es sensible a que le toques su hocico.
  • Tiene problemas notorios para masticar.


Paso 2: Trata de escuchar si tose en exceso o si su tos es estridente. Si tu perro tose, es posible que no sea un motivo de preocupación. Sin embargo, la tos que dura más de veinticuatro horas podría indicar algo más grave. En ese caso, haz que lo revise el veterinario.

Los problemas de tos pueden interrumpir el sueño de tu perro.
La tos en un perro puede indicar cualquier condición, desde una bronquitis leve hasta una dirofilariosis (enfermedad del gusano en el corazón). Por eso, llévalo al veterinario para que lo examine.



Paso 3: Presta atención a los cambios en la conducta de tu perro. Al igual que los humanos podemos actuar distinto cuando nos sentimos mal, es posible que notes cambios en la conducta del perro si no se siente bien. Estos cambios podrían incluir (pero no se limitan a): aumento o disminución del apetito o la sed, hiperactividad o reducción notoria de los niveles de energía. Si notas cambios en la conducta de tu perro, acude al veterinario. Ten en cuenta si se irrita cuando lo acaricias en una zona específica, ya que esto puede indicar que está lesionado o enfermo en dicha zona.

Paso 4: Mantente alerta en caso de llagas o bultos. Los perros pueden desarrollar vellos bajo la piel, quistes y otras imperfecciones cutáneas, así que no todos los bultos pequeños son motivo inmediato de preocupación. Sin embargo, un profesional debe evaluar los siguientes síntomas:

  • Crecimiento del tamaño del bulto.
  • Bultos profundamente arraigados en los tejidos.
  • Llagas sangrantes o supurantes (que producen pus).

Paso 5: Tómale la temperatura. Los perros pueden tener fiebre al igual que los humanos. Si este es el caso de tu perro (en especial cuando acompaña a otros síntomas) visita a tu veterinario lo más pronto posible.
Una temperatura de 39,4 °C (103 °F) es alta. Lleva a tu perro al veterinario lo más pronto posible. Una temperatura de 40,2 °C (104,5 °F) requiere atención médica inmediata.


Evaluar la dieta de tu perro

Paso 1: Observa si toma agua en exceso. Vigila la cantidad de agua que tu perro toma a diario. Si notas cualquier cambio importante en dicha cantidad, préstale atención. Beber demasiado o poco puede indicar un problema que requiere la atención del veterinario. Descarta las razones diarias como el juego extenuante o un día caluroso. Si observas que tu perro toma mucha más agua de lo normal durante una semana seguida, acude a tu veterinario.

Paso 2: Vigila el apetito de tu perro. Los cambios en el apetito (sobre todo los que provocan la pérdida o el aumento de peso) pueden indicar enfermedad. Siempre debes llevarlo al veterinario si observas una pérdida o aumento de peso repentino. A corto plazo, la pérdida del apetito puede ser una señal de fiebre, dolor o estrés, además de muchas otras posibles razones. Si la pérdida del apetito acompaña a otros síntomas notorios, debes ir al veterinario de inmediato.

Paso 3: Presta mucha atención a los malestares estomacales. Los vómitos y la diarrea son motivo de preocupación en los perros. Dichos síntomas pueden ser un signo de cualquier cosa, desde tragar un objeto afilado hasta úlceras y parásitos. Los casos aislados de vómitos o diarrea no necesariamente son una causa de preocupación. Los casos recurrentes (en especial los que duran más de veinticuatro horas) requieren una visita al veterinario. La presencia de sangre en los vómitos o la diarrea puede ser un síntoma grave y necesita tratamiento lo más pronto posible.

Evaluar el nivel de actividad de tu perro

Paso 1: Examina los niveles de energía de tu mascota. El letargo prolongado indica claramente que tu perro no se siente bien. Si bien no es necesario preocuparse por un perro cansado después de mucha actividad, presta atención a otros signos como la disminución de la tolerancia al ejercicio o la debilidad general combinada con el letargo. Si notas niveles de energía inusualmente bajos durante dos o tres días, debes acudir al veterinario.
El letargo combinado con otros síntomas, también requiere la atención del veterinario. Los niveles de energía demasiado altos también pueden ser un problema que necesite atención médica.

Paso 2: Pon atención al rascarse. Todos los perros se rascan muy seguido. Sin embargo, rascarse en exceso puede ser signo de un problema de salud. Si este es el caso de tu perro, no lo ignores. Busca estas posibles causas o pídele al veterinario mayor información respecto a ellas:
Rascarse en un signo típico de pulgas, garrapatas o ácaros de la sarna. Rascarse también puede significar problemas endocrinos u hormonales en el perro. Los perros también pueden tener alergias como los humanos, lo cual puede provocar picazón. Lleva a tu perro al veterinario. La mayoría de los veterinarios examinarán al animal, tratarán de establecer un diagnóstico o sugerirán pruebas para llegar a un diagnóstico. Después de examinarlo, tu veterinario puede prescribir un plan de tratamiento para corregir el problema oculto o al menos hacer que el perro se sienta más cómodo.

Paso 3: Observa si muestra dificultad para levantarse o problemas de movilidad. Si tu perro empieza a mostrar signos de rigidez, manifestada a través de dificultad para levantarse o subir escaleras, debes hacer que lo examinen. Este síntoma puede ser consecuencia de diversas condiciones, como la displasia de cadera, la artritis y la enfermedad de Lyme (la cual se adquiere por medio de bacterias que transmiten las garrapatas). Mientras más pronto trates la enfermedad de Lyme, mejor será el pronóstico, así que acude al veterinario lo más pronto posible si notas dicho síntoma, sobre todo en los perros más jóvenes.

Paso 4: Observa si respira con dificultad. Respirar con dificultad puede indicar un problema con el sistema respiratorio del perro. Identificar la causa puede ser difícil para ti solo. Llévalo al veterinario para que realice un diagnóstico preciso de los problemas de respiración del perro. Respirar con dificultad requiere atención de emergencia. Si sus encías tienen un tinte azulado, busca atención médica de inmediato.

Paso 5: Haz un seguimiento de los accidentes con sus heces u orina. Las mascotas entrenadas para hacer sus necesidades pocas veces empiezan a tener accidentes a menos que haya un problema. Si tu perro empieza inexplicablemente a tener este tipo de accidentes dentro de casa, probablemente el veterinario querrá programar algunas pruebas para descubrir el problema. Tener accidentes con sus heces u orina durante unos cuantos días seguidos es un claro indicador de que hay un problema.

Paso 6: Pon atención a los cambios importantes en la micción. Los cambios en la frecuencia con que orina tu perro, pueden indicar un problema. Observa si presenta sangre o decoloraciones extrañas en su orina. Si encuentras algo inusual respecto a su orina o hábitos de micción, habla con el veterinario. Un aumento o una disminución de la micción puede indicar la existencia de una enfermedad. Los problemas de orina podrían involucrar la presencia de cálculos renales o vesicales.

Saber cuándo buscar atención médica de emergencia


Paso 1: Observa si tiene arcadas no productivas. Si tu perro intenta vomitar y no puede, esto puede relacionarse con la condición fatal llamada dilatación gástrica. Llévalo al veterinario de inmediato para garantizar el mejor resultado.

Paso 2: Presta atención a los signos de debilidad. Si tu perro tiene problemas para pararse, se balancea o colapsa, debes buscar atención médica de inmediato. Incluso si el perro está cansado, debe ser capaz de pararse y moverse. Colapsar es un signo definitivo de que necesita atención médica.

Paso 3: Vigila si hay micción no productiva. Si tu perro trata de orinar, pero es incapaz de hacerlo, llévalo al veterinario de inmediato. La incapacidad para orinar indica alguna forma de obstrucción y puede ser muy grave.

Consejos:


  • Siempre vigila la ingesta de comida y bebida de tu perro para ver si manifiesta cambios en el apetito o signos de deshidratación.
  • Ten a la mano los números de teléfono del veterinario para encontrarlos con facilidad en caso de emergencia.
  • Sobre todo, debes conocer bien a tu perro para que puedas estar atento a los cambios en su aspecto y conducta.
  • También debes tener los datos de un veterinario alternativo que esté disponible las noches y los fines de semana.
  • Si no estás seguro de que tu perro esté enfermo, llama a la clínica veterinaria local.

Corte de uñas:

Los siguientes pasos te ayudarán para prepárate para cortárle las uñas:


Paso 1: Elige un cortauñas: Tienes un par de opciones a elegir. Hay un tipo de cortauñas que luce como tijeras y funciona de la misma forma. Colocas la uña entre las hojas y aprietas las asas para que se junten. El otro tipo tiene forma de guillotina y tiene un agujero en el que se colocan las uñas. Una cuchilla se desliza y corta la uña cuando aprietas las asas. Ambos tipos funcionan bien, pero puede ser difícil cortar las uñas muy gruesas de algunos perros grandes usando la cortauñas tipo guillotina.

Paso 2: Reúne otros suministros: Ten a la mano un polvo astringente para detener el sangrado si por accidente cortas mucho la uña y llegas a la matriz. Alista algunas golosinas para ofrecérselas a tu perro y brindarle más atención a las recompensas que le darás por cooperar durante y después del corte. Esto puede ayudar a tener éxito en esta y en las futuras sesiones. Si bien siempre debes esforzarte para no cortar mucho las uñas, en ocasiones, incluso los profesionales más experimentados lo hacen.

Paso 3: Elige el momento adecuado: Trata de empezar a cortarle las uñas a tu perro cuando esté relajado y en un lugar cómodo. Un buen momento podría ser después de una comida o cuando esté agotado por haber hecho ejercicio o por haber jugado. Es probable que tu perro esté demasiado agotado como para agitarse o forcejear.

Paso 4: Mantén a tu perro calmado: Habla con un tono de voz calmado y bajo para mantenerlo tranquilo. Si nunca le cortaron las uñas, haz que poco a poco se acostumbre a que toquen sus patas. Siéntate con él por unos minutos unas cuentas veces al día y frota suavemente sus piernas y sus patas. Puedes empezar a tocar sus uñas con el cortauñas cuando parezca sentirse cómodo cuando le tocas y sostienes sus patas. Usa golosinas como recompensa durante las sesiones para ayudar a tu perro a sentirse cómodo cuando le cortan las uñas.


Los siguientes pasos si son para cortárle las uñas o tu peluda o peludo:


Paso 1: Decide dónde realizar el primer corte: Identifica la matriz de la uña. Esta contiene un vaso sanguíneo y un nervio, así que evita cortarla. Si tu perro tiene uñas de color blanco o de colores claros, puede ser fácil identificar la matriz. Esta lucirá como un tubo rosado pequeño que pasa por el centro de la uña y termina antes de la punta. En el caso de las uñas negras o de colores oscuros, no podrás ver la matriz y tendrás que emplear otros métodos. Incluso si puedes ver la matriz, puede extenderse hasta una parte que no sea visible. Siempre empieza cortando menos de lo que consideras apropiado. Siempre puedes cortar más, pero cortar demasiado es doloroso, puede causar sangrado y hará que tu perro se rehusé a que le cortes las demás uñas.

Paso 2: Sostén la pata en la palma de tu mano con firmeza pero suavemente: Hazlo en una posición en la que tu mano apunte a la misma dirección que la pata, hacia el frente del perro. Coloca tus dedos con cuidado alrededor de la almohadilla plantar y usa tu pulgar para estabilizar la parte superior del dedo en el que cortarás la uña. Esta posición funciona mejor en las patas delanteras. Trata de no sostener la pata entre las almohadillas plantares, ya que esto hace que muchos perros sientan cosquillas y hará que se sacudan de forma involuntaria.

Paso 3: Coloca al perro de costado para cortar las uñas de las patas posteriores: Será más fácil si colocas a tu perro de costado. Colócalo en una mesa para que no tengas que inclinarlo y sujetarlo. Coloca tus brazos en su cuerpo para que puedas sostener la pata posterior y cortar las uñas. Es probable que no tengas que hacer algo más para sostener a un perro pequeño. Sin embargo, puedes usar tu cuerpo para asegurar a un perro grande. Si tu perro grande trata de pararse, inclina tu torso sobre el cuerpo del perro y mantén uno de tus brazos sobre su cuello.

Paso 4: Presta atención a la forma de la uña: Podrás notar que el fondo de la uña es relativamente recto hasta que forma una curva más cerca de la punta. Usa el cortauñas para cortar la punta de la uña siguiendo esa línea recta y evitando la matriz. Asegúrate de saber en qué parte la cuchilla cortará la uña. Algunos cortauñas pueden ocultar un poco la cuchilla y dar la sensación de que estás cortando menos de lo que en realidad estás cortando. Siempre corta de arriba a abajo y no de un lado a otro para no quebrar la uña. Asimismo, trata de cortar perpendicular a la uña, evitando los ángulos extremos.

Paso 5: Empieza cortando la punta de las uñas: Sostén el dedo que vas a cortar y corta solo un poco de la punta de la uña. Continúa eliminando pedazos pequeños de la uña hasta que tenga el largo deseado o hasta que la superficie del corte tenga una forma ovalada. Este es el signo que indica que debes dejar de cortar, ya que estás acercándote a la matriz. Si tu perro tiene espolones, también asegúrate de cortarlos. Estas son las uñas que están ubicadas más arriba y en el interior de la pierna. Estas pueden necesitar que las cortes con más frecuencia que las otras uñas, ya que no se desgastan porque no hacen ningún contacto cuando el perro camina.

Paso 6: Tranquiliza a tu perro si le cortaste la matriz: Los accidentes ocurren y podrías cortar la matriz de la uña. Si lo haces, permanece tranquilo y háblale a tu perro con un tono calmado. Dale una golosina de inmediato para distraerlo y calmarlo. Será más fácil calmar a tu mascota si lo tienes en una buena posición desde el principio. Sujeta a tu perro parándote junto a él y colocando tus brazos sobre su cuerpo. Esto puede evitar que se escape si cortas la matriz por accidente. Si tu perro actúa molesto o agresivo cuando le cortas las uñas, llévalo a un veterinario para que le hagan un corte profesional.

Paso 7: Lima las uñas: Después de cortar las uñas, estas estarán ásperas en los bordes. Puedes usar una lima para uñas para alisar estos bordes después del corte.Algunos perros pueden no necesitar que cortes alguna o todas sus uñas, ya que las mantendrán desgastadas a causa de su actividad habitual.


Paso 8: Mantén a tu perro calmado: Por instinto, tu perro puede alejarse cuando cortas la uña. Tranquilízalo de forma rápida y calmada. Darle una golosina puede ser de ayuda. Los perros aprenden de nosotros y si los tranquilizas y continúas con la siguiente uña con la mayor naturalidad posible, ellos actuarán como tú. Dependiendo del perro, es probable que solo puedas cortarle algunas uñas antes de tener que darle un descanso. En cada sesión, trata de cortar más uñas que en la sesión anterior y, con el tiempo, podrás cortarle todas las uñas en una sola sesión.

Trata y evita las lesiones:


Paso 1: Toma el control: Permanece calmado y seguro, pero listo para afrontar cualquier problema que pueda surgir. Si llegas a la matriz de una uña y esta empieza a sangrar, no dejes que tu perro se aleje de ti y que empiece a correr. Esto ayudará a reducir el dolor y un mayor daño en la uña. También podrás calmar a tu perro y controlar el sangrado.

Paso 2: Detén el sangrado: Aplica un polvo astringente en el área lo más rápido posible. Sostén la pata y presiona el polvo en el extremo de la uña hasta que el sangrado se detenga. Es probable que tengas que seguir presionando el polvo en la uña por varios minutos, pero mientras más tiempo puedas aplicar una presión firme. Si no tienes un polvo astringente, puedes usar maicena, harina o incluso una barra de jabón.

Paso 3: Tranquiliza a tu perro: Trata de mantenerlo quieto y calmado. Dale golosinas para distraerlo y calmarlo. Evita que camine o que corra por los próximos 15 minutos. Esto ayudará a evitar que las uñas sangren de nuevo y también ayudará a evitar un daño y un desastre mayores. 


Paso 4: Usa una limadora en las uñas en lugar de cortarlas:  Esto elimina los bordes afilados y las uñas partidas que pueden surgir debido al corte. Cuando uses una limadora, tienes que tener cuidado de que no toque las almohadillas plantares. Esto puede causar cortes o irritaciones, puede ser muy doloroso y hacer que tu perro se rehúse a someterse a este procedimiento en el futuro. 

Paso 5: Lleva a tu perro al veterinario: Si no tienes polvo astringente a la mano o si sientes que no puedes hacerlo. En los perros con uñas más oscuras, será muy difícil cortarlas y lo mejor es dejarle el trabajo a alguien que tenga la confianza y la capacidad necesarias para tratar al perro si ocurre un problema. Si aún quieres tratar de cortarle las uñas a tu perro, muchos veterinarios, técnicos en veterinaria y peluqueros de perros estarán gustosos de mostrarte cuál es la forma adecuada de hacerlo.

Consejos:

  • Si van a sedar a tu perro por algún procedimiento, es una buena idea pedirle al veterinario que le corte las uñas en ese momento. Muchos veterinarios lo harán sin cobrar un monto adicional.
  • Nunca cortes la uña si no tienes una visión perfecta de ella. El pelo no debe dificultar tu vista de ninguna forma.
  • Para hacer que las matrices retrocedan a un ritmo constante, debes cortar las uñas cada 10 a 14 días.
  • Los cachorros se adaptan con facilidad a esta medida de aseo, pero en ocasiones, los perros más viejos llegarán a ti con una experiencia pasada que les pareció desagradable. Lo más importante para lograrlo es tener paciencia y tocar al perro con cuidado.
  • Si el perro no se sienta quieto por sí solo, haz que un ayudante se agache detrás de él, que coloque un brazo alrededor del cuello del animal para controlar la cabeza y que sostenga una pata en posición con la otra mano. Esto debe evitar que el perro trate de escapar y lo mantendrá lo suficientemente tranquilo como para evitar lesiones. Sin embargo, este es un último recurso y es probable que cree una asociación negativa con esta rutina, lo que la volverá difícil en un futuro.
  • Cortar la punta de la uña hará que la matriz retroceda un poco cada vez que lo hagas. Esto es muy reconfortante si tu perro tiene uñas negras.

Advertencia:

  • Si la uña está sangrando mucho 30 minutos después de aplicar la presión y el polvo, llama al veterinario.
  • Si tienes un perro que se traumatizó tanto que podría tratar de morderte cuando sostienes su pata, es probable que llevarlo a un veterinario sea más condescendiente y menos traumático. De esta forma, el perro obtendrá un tratamiento profesional y lo sedarán.

Limpieza:

Los siguientes pasos te ayudarán mucho al cuidado de tu peluda o peludo:

Necesitarás:

  • 1 cubeta con agua templada
  • 1 toalla seca
  • 1 toalla húmeda
  • 1 cepillo
  • Champú para perros


Paso 1: Asegúrate de tener el champú adecuado: Usar un champú para perros regular (no champú antipulgas) es lo mejor. No utilices champú para humanos ni tampoco jabón de barra, jabón de ropa ni jabón de trastes ya que pueden irritar la piel de tu cachorro y causarle alergias.


Paso 2: Cepíllalo y sacúdelo: Puedes utilizar una toalla húmeda normal o una de esas toallitas para bebés (biodegradable) para quitar el exceso de tierra y polvo. Después cepíllalo para quitar pelo muerto y nuevamente remover más suciedad.

Paso 3: Moja a tu perro con agua templada, ni fría, ni caliente: Si hace frío puedes bañarlo con agua tibia pero evita el agua caliente ya que puede dañar su piel y por otro lado provocarle resfriado por el cambio de temperaturas. Empieza a mojarlo desde el cuello hasta la cola. Al inicio del baño omite la cabeza. No uses directamente la manguera, hay que cuidar el agua y para ello lo mejor es utilizar cubetas. Así podremos controlar la cantidad y evitar desperdicios.

Paso 4: Aplica el champú: Aplica un poco (la cantidad varía de acuerdo al tamaño del perro y el largo del pelo). Siempre es mejor que te falte aplicar más champú a que al inicio apliques una cantidad demasiado abundante (te costará mucho enjuagarlo).

Paso 5: Talla muy bien todo el cuerpo de tu perro: Asegúrate de que no le caiga champú ni agua directamente dentro del conducto auditivo. Las orejas y el pabellón auditivo podrás limpiarlo después con un algodón húmedo. No olvides lavar las patas y por entre las almohadillas y dedos.

Paso 6: Enjuaga, enjuaga y vuelve a enjuagar: Debe quedar todo el pelaje libre de champú. Cuando ya no queden residuos de champú, notarás que el agua corre suave y libremente sobre tu perro. Si dejas residuos podría provocarle comezón y ardor.

Paso 7: Deja que se sacuda: Cuando están mojados, los perros sienten esa necesidad de sacudirse de inmediato. Si quieres evitar que salpique demasiada agua, envuelve su lomo con una toalla. Después de que se sacuda, sécalo muy bien con la toalla. Si tu perro se deja y tú lo deseas, puedes usar una secadora de pelo pero deberás utilizarla en aire a temperatura normal (no utilices aire caliente) y alejarla por lo menos 30 centímetros del cuerpo de tu perro para evitar resecar su piel. Si usas secadora, no la pases cerca de sus oídos.

SUPER TIP: Si tu cachorro es de los que preferirían no bañarse nunca, asegúrate de tener sus premios favoritos a la mano para que cada vez que se porte bien durante el baño (es decir si permanece quieto y tranquilo) puedas premiarlo por su buena conducta. Así aprenderá que bañarse es una buena experiencia. No lo obligues, no lo regañes y mucho menos le grites o le pegues. Él necesita aprender que bañarse no es algo malo y que no tiene nada que temer. Para ello deberás motivarlo, premiarlo y hacer que el baño sea una experiencia relajada y agradable.

¿Cada cuánto tiempo debo bañar a mi mascota?


Lo regular de acuerdo al tipo de pelo:

  • Poco pelo o sin pelo – una vez cada 6 o 8 semanas.
  • Pelo medianamente abundante – una vez cada 4 a 6 semanas.
  • Pelo muy abundante – una vez cada 4 semanas.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Recreación:

Para que tu perro no se estrese si tienes un espacio reducido o también para que se relaje y no esté rabioso, llévalo a pasear, correr en el parque, debes saber algunas cosas:

Se debe sacar  a pasear a nuestro perro por dos motivos fundamentales: porque debe hacer sus necesidades con regularidad y porque todos los perros sienten la necesidad de caminar en lugares no cerrados, los perros necesitan explorar otros lugares, relacionarse con otros perros, tener diferentes experiencias y estas necesidades  las  lo conseguimos cubrir mediante el paseo, claro está que al realizar el paseo con la frecuencia y de la forma correcta generaremos un mayor equilibrio entre nosotros y el  perro además de reforzar el vinculo.

Los estudios han demostrado que el ejercicio puede ser útil porque hace que aumenten las concentraciones cerebrales de noradrenalina y de 5-HT y que se liberen  endorfinas endógenas, lo que tiene efectos calmantes y ansiolíticos. 

Idealmente, los perros deben realizar al menos 30 minutos seguidos de ejercicio aeróbico al día, porque las investigaciones indican que el ejercicio aeróbico prolongado es más eficaz al desencadenar los efectos mediados por opiáceos sobre el estado de ánimo y la actividad simpática. Es muy normal ver como los perros sacan a sus dueños a pasear en vez de ser al revés. Los malos hábitos y un mal aprendizaje nos pueden llevar a que los paseos sean estresantes e incómodos  y que cada vez nos cueste más sacar al perro.

Un problema muy común es cuando el perro va tirando de la correa y el dueño sigue los pasos del animal, sobre todo con razas grandes, es muy importante que el perro aprenda a caminar sin tensión en la correa. 

Hay que saber que el perro tira de la correa  principalmente por tres motivos… porque nosotros les seguimos,  porque su paso natural es muchísimo más rápido que el nuestro y porque nadie le ha enseñado como debe de caminar cuando tiene la correa puesta. Con la correa de nailon, proporcionamos al animal suficiente espacio para que pueda oler o realizar sus necesidades de una forma controlada, así también sabremos cuando las haga si el intestino funciona bien y hay algún problema.


¿Que hacer para realizar un paseo tranquilo y seguro con nuestro perro?

Para eso necesitamos  en principio un maletín de herramientas  para pasear con tu perro:
  • Un bolso para llevar premios de comida.
  • Un clicker (opcional pero muy útil).
  • Un arnés anti tiro.
  • Una correa de nylon de un metro y medio (más o menos).
  • Un collar fijo.
  • Un juguete que pueda morder (mordedor una pelota con cuerda).

Alimentación:

Para que tenga una buena alimentación tu peluda debes saber que cosas debes conocer que cosas son buenas y que cosas son malas a continuación las cosas que nunca debes darles:
  • Restos de comida: La comida humana suele contener una gran cantidad de grasa, por lo que puede producirle una pancreatitis. Además, los condimentos que puede llevar la comida pueden causarle severas gastroenteritis, úlceras.

  • Huesos que astillan: Hay que evitar ofrecerle huesos de pequeño tamaño o aquellos que se astillan al romperse, que pueden clavarse en su garganta, producir perforación de estomago o intestinal e, incluso, la muerte.

  • Chocolate: El chocolate enloquece a la mayoría de perros y personas, pero puede ser mortal para las mascotas por que contiene teobromina, un análogo de la adrenalina, y es una sustancia que puede ser peligroso para la salud del animal y comprometer seriamente sus funciones vitales.

  • Alcohol: Si el perro consume alcohol se pueden presentar síntomas como cambio en el comportamiento, excitación, depresión, problemas para respirar, jadeo excesivo, el olor de alcohol en su boca, y micción excesiva. El único líquido recomendado para su mascota es el agua.
  • Leche y productos lácteos: La mayoría de especies animales se vuelven intolerantes a la lactosa en cuanto abandonan la etapa de la lactancia materna.

  • Embutido y carnes saladas: Además de ser altas en grasas, también son muy saladas, lo que puede causarles serios dolores de estómago u otras complicaciones.

  • Cebolla y ajo: El consumo de cebolla también puede conducir a la anemia hemolítica en los perros.

  • Cafeína: Contiene sustancias que estimulan al sistema nervioso central y al sistema cardíaco y en pocas horas puede causar vómitos, hiperactividad, taquicardias e incluso la muerte.

  • Aguacate: Todos los componentes del aguacate son tóxicos. 

  • Uvas y pasas: Puede llevar a tus mascotas a sufrir daños gastrointestinales severos, insuficiencia renal aguda e incluso la muerte.